Mala costumbre
Entró apresuradamente a la habitación con ese aire de mujer de mundo que todo lo puede, bien vestida, paseó su mirada inquisidora por todo el cuarto. Observó la ropa de ella. Lo que vio no le gustó pero intentando disimular su malestar dijo:
- ¡Lindo trajecito!
Me quede mirándola y al mismo tiempo pensé que el modesto y gastado trajecito era el apropiado y lucía muy bien para esa ocasión. Ella yacía inmóvil y no se daría por enterada.