Ernesto Sábato (1911 - 2011), escritor esencial de las letras argentinas del siglo XX y hombre ateo, polémico, defensor de los derechos humanos, desilucionado de la civilización, pintor de horrendas imágenes oníricas, murió este sábado a poco de cumplir los cien años.
Ernesto Sábato, escritor esencial de las letras argentinas del siglo XX y hombre ateo, polémico, defensor de los derechos humanos, desilucionado de la civilización, pintor de horrendas imágenes oníricas, murió este sábado a poco de cumplir los cien años.
"Yo escribo porque si no me hubiera muerto, para buscar el sentimiento de la existencia", confesó Sábato, quien en el ocaso de su vida dejó su testamento espiritual en "Antes del fin", un libro en el que un Kafka de fin de siglo indaga sobre la perplejidad y el desconcierto del hombre contemporáneo.
"Extraviado en un mundo de túneles y pasillos, el hombre tiembla ante la imposibilidad de toda meta y el fracaso de todo encuentro", escribió.
Pero a pesar del desamparo, propone "con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso...sólo quienes sean capaces de sostener la utopía, serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido".
Además del Premio Cervantes de 1984, nueve años antes había obtenido el premio de Consagración Nacional de la Argentina y un año más tarde el premio a la Mejor Novela Extranjera en Francia, por "Abaddón el exterminador".
Italia lo homenajeó en 1977 con el premio Medici, España un año después con la Gran Cruz al mérito civil en España y en 1979 Francia lo distinguió como Comandante de la Legión de Honor.
Pese a los reconocimientos internacionales y de transformarse en uno de los íconos populares de la literatura de su país, Sábato descreía de sus dotes de escritor.
"Nunca me he considerado un escritor profesional, de los que publican una novela al año. Por el contrario, a menudo, en la tarde quemaba lo que había escrito a la mañana", declaró.
La política lo encontró en las filas de la Juventud Comunista y enfrentado al peronismo en la década del 40, pero su máxima expresión de compromiso social lo demostró en la primavera democrática a mediados de los 80, cuando presidió la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas (Conadep).
El informe de la Conadep, conocido como "Nunca Más" y prologado por el escritor, fue base del Juicio a las Juntas Militares en 1985, considerado el "Numeremberg argentino".
Nacido el 24 de junio de 1911 en la ciudad bonaerense de Rojas, el penúltimo de once hijos, Sábato intentó primero comprender el mundo a través de la ciencia y se doctoró en física en la Universidad de La Plata.
Trabajó en radiaciones atómicas en el laboratorio Curie de París, pero terminó abandonando este camino en 1945 desalentado porque, dijo, estaba desencadenando un Apocalipsis.
Decepcionado por la ciencia, abraza la literatura y ese mismo año escribió el ensayo "Uno y el Universo". Después, con sus únicas tres novelas "El túnel" (1948), "Sobre héroes y tumbas" (1961) y "Abaddón el exterminador" (1974), traducidas a más de treinta idiomas, se consagró definitivamente como escritor.
"Mi padre tiene una mezcla disparatada de pensamiento racional con fantástico, uno de los puntos de partida de sus obras. Eso diferencia a un científico que examina con racionalidad el mundo con su contexto y a un creador que lo transforma", dijo su hijo, el cineasta Mario Sábato, en un reciente homenaje.
Mario es el hijo menor de Sábato y su fallecida esposa Matilde Kusminsky Richter, y es autor del documental "Ernesto Sábato, mi padre".
Matilde Kusminsky falleció en 1998 y a partir de entonces su colaboradora de siempre, Elvira González Fraga, se convirtió en su inseparable compañera y fue quien anunció su fallecimiento este sábado.
El otro hijo del matrimonio, Jorge Sábato, fue vicecanciller y ministro de Educación del ex presidente Raúl Alfonsín (1983/89). Fue el primer responsable del área educativa del país que se reconoció públicamente agnóstico y murió en un accidente vial en 1955.
El cumpleaños número 100 de Sábato, el 24 de junio, iba a ser festejado con múltiples actos en todo el país, pero el corazón del escritor dejó de latir este sábado en la localidad bonaerense de Santos Lugares, en el barrio en el que vivió toda su vida y cuyos vecinos esperan para darle el último adiós
Artículo tomado de msn Noticias
El escritor argentino Ernesto Sábato, Premio Cervantes de Literatura 1984, quien murió este sábado a los 99 años, escribió tres novelas que figuran entre las obras fundamentales de las letras del país sudamericano así como numerosos ensayos.
Las tres novelas son "El Túnel" (1948), donde el autor se sumerge en el alma humana a través de una historia de amor y muerte; "Sobre héroes y tumbas" (1961), en la que muestra a los últimos personajes de una familia de la oligarquía venida a menos y las obsesiones del hombre contemporáneo; y "Abaddón el exterminador" (1974), de corte más bien autobiográfico.
La obra completa de Sábato, uno de los principales exponentes de la intelectualidad argentina del siglo XX, incluye además varios ensayos, donde no rehuye de los temas filosóficos, científicos, culturales y políticos, ni de su constante preocupación por los derechos humanos.
El primero de sus ensayos fue "Uno y el universo" (1945), que siguió con "Hombres y engranajes" (1951), "Heterodoxia" (1953) y "El caso Sabato. Torturas y libertad de prensa. Carta abierta al general Aramburu" (1956).
Asimismo editó "El otro rostro del peronismo (1956), "El escritor y sus fantasmas" (1963), "Tango, discusión y clave" (1963), "Romance de la muerte de Juan Lavalle. Cantar de Gesta" (1966), "Significado de Pedro Henríquez Ureña" (1967) y "Aproximación a la literatura de nuestro tiempo: Robbe-Grillet, Borges, Sartre" (1968).
Su obra se completa con los ensayos "La cultura en la encrucijada nacional" (1973), "Diálogos con Jorge Luis Borges (1976), "Apologías y rechazos" (1979), "Los libros y su misión en la liberación e integración de la América Latina" (1979), "Entre la letra y la sangre" (1988), "Antes del Fin" (1998), "La Resistencia" (2000) y "España en los diarios de mi vejez" (2004).
Además, convocado por el entonces presidente Raúl Alfonsín (1983-89), el mandatario de la transición democrática, encabezó la comisión de notables que recopiló centenares de testimonios de familiares y víctimas de la dictadura (1976/83) que figuraron en el célebre "Nunca Más. Informe de la Comisión Nacional sobre la desaparición de personas", editado en 1985
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